Cuentos de la escritora Amparo Carballo Blanco

Saturday, January 27, 2007

PERRO VERDE



Un día de Nochebuena, tras un largo viaje en transporte urgente, desde el Sur llegué al Norte y aterricé dentro del bolsillo de uno de mis dos amos humanos. Llegué con dos meses de edad. Soy diminuta, sólo peso 500 gramos, tengo mucho pelo y ojitos tristes. Mis dientes son muy afilados, tanto como mis uñas. Mi ama dice que mi nariz es como una castaña en almíbar, y que soy una perrita rara porque no me parezco a ningún otro perro conocido. Unos dicen que parezco una osita. Otros aseguran que soy un cruce de gata y perro, un experimento felino-perruno. Algunos creen que soy igual que una ratita. Y todos comentan que parezco un peluche. Yo no estoy segura de lo que soy, pero salto mucho y me siento muy feliz aquí.
El primer día me acomodaron en una cama blandita, me regalaron una pelota grande de tela con muchos colores, un oso amarillo y varios juguetes divertidos y chillones para morder y jugar. El segundo día tomé posesión y me hice la jefa de la casa. Comencé mordiendo las alfombras, seguí con las patas de sillas y mesas. Mordí la ropa y los tobillos de mis amos. Mastiqué con ganas ilustrados lomos de libros y esquinas de revistas. El tercer día descubrí que los enchufes y los cables también saben bien, así que me dediqué a mordisquearlos hasta que conseguí hacer saltar la instalación eléctrica de toda la casa.
Mis amos están un poco desesperados y algo enfadados (sobre todo uno), intentan enseñarme buen comportamiento. Yo estoy pensando qué me conviene más, ¿aprender o mordisquear? Creo que hasta que no se me caigan los dientes de leche voy a seguir mordiendo todo lo que pille. En casa comienzan a pensar que soy "La Terminator".
Ayer cumplí tres meses de edad. Ya tengo nombre, me gusta y acudo dando saltos de alegría cuando lo oigo pronunciar. Ossy, así me llaman.
Estoy aprendiendo a entender a los humanos. Pero me sigo meando sobre las malas noticias que cada día cuenta la prensa escrita.
Aún no sé lo qué seré de mayor. De una cosa estoy segura: no soy un perro verde, soy una perrita de color marrón. Me alimento con bolitas de pienso marrón y sobre las alfombras de la casa hago enrolladas cacas de color marrón.

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Precioso cuento. PRECIOSA PERRITA.

11:20 AM

 
Anonymous Anonymous said...

¡Guau! Genial

3:04 PM

 

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